El estudio de arquitectura establecido en Valencia de Fran Silvestre, ha creado una casa de aluminio en Madrid, que contrasta y se funde con su entorno de manera equitativa. De proporciones y morfologías geométricas el volumen conjuga con sus elementos circundantes reflejando el paisaje, rodeado de vegetación.
El lenguaje arquitectónico de Fran Silvestre cada vez es más personal, desde el punto inicial del proyecto, aparentemente reina la libertad, con un paisaje rodeado de jardines, el escenario permitía que las formas arquitectónicas destacases por encima de todo lo demás. Según el arquitecto: “Una pieza de naturaleza metálica, horizontal, produciendo el efecto de tener una sola planta, contrasta y se mimetiza por su proporción y materialidad con los altos arboles del entorno”.
Continua: “La escala de la casa se modera gracias a entender la zona de día como un zócalo que emerge con la misma piedra natural que urbaniza parte de la parcela. Sobre esta base se deposita la zona de noche, focalizando las vistas al norte y al sur, protegiéndose de las miradas vecinas, generando terrazas en sombra en las que disfrutar del exterior”.
De alguna manera Fran Silvestre nos sigue emocionando a través de su capacidad de encarar un proyecto desde el punto de vista técnico y utilizando la vía de la belleza como forma de comunicación.
La escala de la casa se modera gracias a entender la zona de día como un zócalo que emerge con la misma piedra natural que urbaniza parte de la parcela. Sobre esta base se deposita la zona de noche, focalizando las vistas al norte y al sur, protegiéndose de las miradas vecinas, generando terrazas en sombra en las que disfrutar del exterior.
Se dibuja una planta sensiblemente cuadrada, que aglutina un amplio programa de forma compacta. La escalera y el atrio interior centrado distribuyen las estancias, jerarquizando usos, con todos los espacios abriéndose al jardín.
