Situado a lo largo de la costa este de Tasmania, la nueva puerta de la bodega de vinos y el mirador de Devil’s Corner se encuentra dentro de uno de los viñedos más grandes de Tasmania. Con una vista panorámica sobre la península de Freycinet, fue reabierto en diciembre de 2015. Este diseño de mercado es un proyecto de Cumulus Studio, que busca amplificar la experiencia de esta vista icónica para crear una nueva experiencia de turismo en la costa este de Tasmania.
El elemento mirador es un componente crítico del diseño. Se creó como una forma de interpretar el paisaje donde los vinos Devil’s Corner se originan. De la misma manera que una apreciación del vino. A través de la comprensión de sus sutilezas y variadas sensaciones ‘en la boca’, hay muchas maneras de que el paisaje puede ser apreciado. Los tres espacios distintos hacen referencia a diferentes y únicas vistas del sitio. En primer lugar el cielo, luego el horizonte y por último la torre, que serpentea hacia arriba proporcionando vistas a cada uno de los puntos cardinales antes de culminar en una vista elevada y extensa de la bahía.
El acero era un material ideal para el proyecto, ya que permitía una gran cantidad de estructura prefabricada preparada fuera del sitio, proporcionando ventajas de tiempo y logística para la remota ubicación. La estructura subyacente de los edificios y la torre está hecha de contenedores de transporte reutilizados y adaptados, elegido no sólo por su tamaño modular, fácilmente transportable, sino también a causa de su integridad estructural, flexibilidad inherente y capacidad de modificación del acero. Un total de 10 contenedores han sido utilizados, 5 en el mirador y 5 en la zona del mercado.
Cada contenedor se ha modificado de varias maneras. El mirador girado al cielo, cortado a partir de dos partes de un contenedor y vuelto a montar. El puesto de observación del horizonte que es capaz de tender un puente entre la tierra y la torre a pesar de tener uno de los lados cortados. Por último, la torre mirador construida a partir de dos contenedores puestos uno al lado del otro. Estos descansos ofrecen vistas sobre el paisaje mientras el espectador sube; los marcos de caja de acero negro están fijos al contenedor y en voladizo sobre el viñedo.
El diseño de mercado invierte deliberadamente el típico tratamiento estético del acero. En lugar de revestir el edificio en acero, se ha expresado internamente, revelando la naturaleza cruda e industrial de la construcción e insinuando el apuntalamiento industrial del proceso de producción. El revestimiento de madera externo juega con las cualidades rurales y agrícolas del sitio. La piel de acero interno es revelada de una manera consistente a través de la expresión de cada una de las aberturas: las aberturas en el mirador y la apertura de la puerta de la bodega de vinos.
