La Casa Mororó está en una región montañosa, en el campo brasileño, a unos 180 km de São Paulo, conocida por sus bajas temperaturas. Sus 65 metros de largo, la convierten en una casa singular diseñada por el conocido estudio brasileño, Studio MK27. El diseño juega a ser opaco en un extremo y transparente en el otro. Con esta organización se crean espacios interiores generosos para los días fríos, como por ejemplo, la acogedora sala de estar y un spa cubierto con una piscina, de la que se disfruta de la vista detrás de una piel de vidrio.
El edificio está rodeado de naturaleza con pinos y helechos que pueblan los alrededores. Dentro de la casa, las aberturas se reducen al mínimo y se utilizan como puertas correderas, lo que permite la intensificación de la integración entre el espacio interior y exterior.
Externamente, el mismo volumen continuo crea una dualidad entre el bloque opaco y la extensión transparente de la piscina climatizada y sauna. La forma de la casa fue dada por la extrusión sesenta y cinco metros de largo de la casa, con techos a dos aguas. Además, una cubierta de madera exterior conecta los espacios y crea un solarium para su uso durante el verano.
En la parte opaca del volumen, con cincuenta metros de longitud, las aberturas se han minimizado y se utiliza como puertas correderas, para fortalecer la integración entre el interior y el exterior. Esta relación entre llenos y vacíos en la fachada dio un excelente rendimiento térmico con un alto grado de conservación de la energía. La sección transparente tiene catorce metros de de largo. La ventilación interna fue espacialmente diseñada para evitar la condensación del vapor de la piscina climatizada en el vidrio, lo que perjudicaría las relaciones con las vistas.
La premisa inicial de Casa Mororó era hacer una construcción rápida y económica. Por lo tanto, la arquitectura hizo uso de soluciones industriales, tales como la estructura de metal y las paredes de marco de acero. El sitio, a pesar de la alta precipitación, se mantuvo siempre limpio. A diferencia de la cultura constructiva de Brasil, algunos elementos fueron hechos totalmente en la zona, pero montados en la obra. El tiempo total de la obra ha estado por debajo del estándar, incluso en una región de difícil acceso.
El uso de los materiales internos, como la madera, hace de la casa un lugar acogedor, como son las viviendas tradicionales en las montañas. Siguiendo los deseos de los futuros residentes, la cocina puede integrarse en los espacios a través de puertas pivotantes de madera, que se abren completamente. Así que no sólo era posible diseñar grandes y continuos espacios interiores, sino también lugares centrales de la vida cotidiana que organizan la planta de la casa.
