La cocteleria de diseño BLUE WAVE, posee una morfología muy peculiar. Situado al borde del agua, tiene una forma alargada, de tubo, con su fachada más larga orientada hacia el oeste. Posee una estructura liviana pero con un ritmo muy marcado que le otorga dinamismo. La celosía de hormigón blanco que lo envuelve crea al atardecer un juego de luces y sombras que recuerda al reflejo de la luz en el agua.
El Equipo Creativo formado por: Oliver Franz Schmidt + Natali Canas del Pozo + Lucas Echeveste Lacy, fue el encargado de crear, un lugar donde poder disfrutar de unos cócteles en un ambiente elegante y que a la vez disfrutase de las virtudes de su ubicación.
Pensaron en la imagen de una ola para el interior del edificio. Una ola que antes de romper forma un tubo que te envuelve generando un espacio acuático, dinámico, unitario pero con infinidad de reflejos y matices. Donde la materialidad y rotundidad de la pared vertical de agua se descompone para convertirse en otra cosa, espuma. Donde la puesta de sol se descompone en fragmentos dorados dispuestos sobre el agua.
Para recrear la sensación de la ola en el interior pensaron en utilizar elementos de tamaño pequeño y reflectante. Decidieron destacar el uso de un sólo material en suelo, pared y techo de modo que unificase el espacio y potenciase la sensación de envolvente. Escogieron la pieza cerámica por estas cualidades y por su relación con la arquitectura del mediterráneo. Las piezas cerámicas empleadas se crearon de forma artesanal por una empresa de Barcelona específicamente para el proyecto.
La gama de colores transita desde el azul oscuro hasta el blanco, incorporando de esta manera la celosía de hormigón de la fachada del edificio como remate al espacio azulado, como la espuma a la ola.
Los elementos dorados que aparecen en el espacio como remates recuerdan a los reflejos del sol en el agua.
TERRAZA
Para la terraza pensaron en la idea de una cala mediterránea, un espacio de transición entre una zona vegetal, boscosa y el mar. Cuya topografía escalonada es capaz de crear diferentes zonas. Un lugar que invita a relajarse, escuchar el mar y contemplar el horizonte.
Por eso, a modo de topografía, la madera del pavimento se escalona y se levanta en la zona de reservados hasta convertirse en el cierre hacia el vial.
Las mesas bajas de mármol de forma irregular aparecen como guijarros en la arena una vez la ola ha pasado.